La Niña de Frankenstein



Sombra y bipolaridad,
¡vaya cosa!,
cadenas y libertad...
En fin, mejor te escribo una prosa:

Enloqueció al darle luz a su sombra, pintar de blanco la noche, envolver al mundo mundanal en su santo silencio... ¡oh bendita locura!

Bipolaridad y sombra,
¡qué miedo
cuando mi boca las nombra
y yo desnudo me quedo!

Polo Norte y Polo Sur,
¿dónde estás, Frankenstein, monstruo que los hombres forjaron?
Zombie zumbao, ¡quema el tanque
y toma la flor fragante del estanque!

Jesús María Bustelo Acevedo

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